Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen. Pr 6.23

Abdías - Aspectos introductorios

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Este estudio está basado en el libro de uno de los profetas menores. Estaremos iniciando con los aspectos introductorios del profeta Abdías. Es de suma importancia dedicar un tiempo para estudiar estos aspectos que nos darán el contexto y los detalles que rodean este libro de la Biblia y su autor. Al conocer el contexto del libro, el autor, los destinatarios, la época y el lugar donde fue escrito y hacia donde estaba dirigido, tendremos mejores condiciones para entender el texto inspirado, y así aprovechar por completo el mensaje que Dios quiere que aprendamos. Comencemos entonces con los aspectos introductorios del libro.

Autoría.

El nombre Abdías significa "siervo de Jehová", "adorador de Jehová". Este nombre expresa el carácter de la persona que lo tiene, conforme a la costumbre del Medio Oriente de aquellos días, cuando colocaban el nombre de acuerdo con el deseo personal de los padres. Abdías era un nombre común en el Antiguo Testamento, así que nos encontramos con varias referencias a este nombre:
  1. El mayordomo del palacio de Acab (cf. 1 Reyes 18:3-16);
  2. Un descendiente del rey David (cf. 1 Crónicas 3:21);
  3. Un descendiente de Isacar (cf. 1 Crónicas 7:3);
  4. Uno de los seis hijos de Azel de Benjamín (cf. 1 Crónicas 8:38 y 9:44);
  5. Un levita que volvió de la cautividad (cf. 1 Crónicas 9:16);
  6. Uno de los guerreros Gaditas que se unieron a David en el desierto (cf. 1 Crónicas 12:9);
  7. Un empleado enviado por Josafat para enseñar la ley de Dios (cf. 2 Crónicas 17:7);
  8. Un levita  supervisor de la reforma del templo (cf. 2 Crónicas 34:12);
  9. Uno de los sacerdotes que firmaron el compromiso de mantener la ley, junto con Nehemías (cf. Nehemías 10:5).
Incluso con tantos personajes con el mismo nombre, es difícil querer identificar a uno de estos con el profeta que Dios había llamado para llevar su mensaje al pueblo de Edom. Este nombre común en el tiempo del Antiguo Testamento, era tan común como Onésimo en el Nuevo Testamento. Sin duda, este es el décimo personaje con el nombre de Abdías.

En relación a este profeta debemos señalar que no tenemos referencias personales sobre él, ni tampoco datos que se puedan utilizar para cualquier inferencia. Sin embargo existe la tradición rabínica del Talmud de Babilonia que identifica al autor del libro como el mayordomo, o funcionario del palacio del reino del norte, el reino de Israel en los días del rey Acab (cf. 1 Reyes 18:3-16), pero no hay ninguna base histórica para esta posición.

Sin embargo, debido al hecho de que Abdías se enfoca en Jerusalén es posible que el profeta que escribió fuera un judío, así como también el  editor final del libro.

Acerca de la fecha.

Debido a la imprecisión en cuanto a la autoría, la cuestión de la fecha también es difícil de definir. Tenemos dos posibles teorías:
  1. Muchos adoptan la fecha postexílica, después del 586 a.C., en base a una referencia vaga al Salmo 137:7 y posible referencia de Jeremías 49:7-22. También es posible que así como Jeremías citara otros dos profetas, Isaías y Miqueas, es muy posible que él haya citado a Abdías y no lo contrario, o entonces que los dos profetas Abdías y Jeremías hayan tenido acceso a una fuente común, que luego con el tiempo se perdió.
  2. Otros adoptan la fecha preexílica, alrededor de 848 a 841 a.C., durante el reinado de Joram, cuando el reino del sur, el reino de Judá, fue atacado por una coalición de naciones Palestinas (cf. 2 Reyes 8:20-22). La profecía de Abdías habría sido de esa época por ser más concisa, en comparación con la profecía de Jeremías, mucho más detallada (cf. Jeremías 49:7-22). Además, aceptando esa fecha, el pasaje: Porque también los edomitas habían venido y atacado a los de Judá, y habían llevado cautivos (2 Crónicas 28:17), aproximadamente un siglo después, en los días de Acaz, tendría más sentido, porque informaba de un ataque edomita sufrido antes (en la época de Joram) (cf. 2 Crónicas 21:1-20).
Aunque existe la incertidumbre acerca de la fecha, podemos adoptar cualquier teoría sin perjuicio de la inspiración divina, sin embargo, es más probable que el libro fuera escrito en el período del  rey Joram.

Contexto histórico

Edom fue un pequeño reino situado al sureste de Judá, al este del Mar Muerto, entre el Golfo de Aqaba y el mar muerto (Génesis 36:6-8) cerca del monte de Seir. Por el difícil acceso que las montañas producían, sus habitantes eran orgullosos y se sentían seguros.

Edom estaba formada por los descendientes de Esaú, gemelo de Jacob (Israel), pero siempre hubo tensiones en esa relación. Las relaciones entre Jacob, después Israel, y Edom fueron siempre hostiles. Históricamente, la rivalidad comenzó desde temprano, cuando Jacob engañó a su hermano tomando la bendición de la primogenitura, aun cuando este la había despreciado (cf. Génesis 27) y continuó cuando los dos se separaron y luego volvieran a reunirse después de mucho tiempo (cf. Génesis 32-33). Este conflicto se incrementó en los días en que Israel, después de salir de Egipto, marchaba a la tierra prometida; el pueblo de Edom le impidió cruzar sus tierras. Había odio entre los dos pueblos (Números 20:14-21; Deuteronomio 2:4-6; Salmo 137:7-8). Este antagonismo continuó aun después de asentado Israel en Canaán (cf. 2 Samuel 8:14; 2 Reyes 14:7; 2 Crónicas 28:17).

Los profetas también registrarían este antagonismo en profecías anti edomitas como se ve en Isaías, Jeremías, Ezequiel, Joel, Amós (Isaías 34:5; Jeremías 49:7-22; Lamentaciones 4:21-22; Ezequiel 25:12-14; 35; Joel 3:19; Amós 1:11 ss.).

Mucho después de eso, siendo Babilonia el imperio mundial, Edom y otras naciones hicieron, junto con Israel, una alianza contra los caldeos. Posteriormente Edom traicionando el acuerdo se unió a Babilonia y en el 587 a.C., cuando las fuerzas de Nabucodonosor rodearan Jerusalén, (2 Reyes 25:3-7), y poco después que la destruyó, habiendo intentado el rey de Judá huir hacia Jordania, no lo consiguió, porque como relatan los libros de Salmos y Lamentaciones, junto con Abdías, Edom ayudó a Babilonia para capturarlo.

Para Israel, Edom es un símbolo para referirse al enemigo. Y esta tradición presenta a Edom como el mundo hostil que se opone a los propósitos divinos (cf. Isaías 63:1-6). Los profetas consideraban a Edom y Asiria los enemigos que se levantaron contra Dios y su pueblo. Este antagonismo entre los dos pueblos continuó hasta la época del Nuevo Testamento, con la comparación entre la religiosidad de Israel y la impiedad de Edom (cf. Romanos 9:13; Hebreos 12:16). Pero este enemigo sería derrotado en la era mesiánica (Cf. Isaías 34:8 ss.; Ezequiel 35).

Acerca del libro

El libro de Abdías es el más corto del Antiguo Testamento y se encuentra en la Biblia hebrea (el texto masorético) entre los libros de Amós y Jonás (al igual que en nuestras versiones en español). Probablemente este orden se da por la referencia de Edom en la predicción profética de la restauración del tabernáculo caído de David mencionado en Amós 9:11-12, convirtiéndose de esta manera en el tema de Abdías.

El libro de Abdías  menciona el castigo de Jerusalén específicamente en manos de Edom, y a la vez señala cuándo los exiliados de Israel y Jerusalén responderán a Edom por sus crímenes. Sin embargo, como observamos, el libro de Jonás, trata de un enemigo más fuerte, Asiria y su capital Nínive, y muestra que puede haber arrepentimiento toda vez que Dios da oportunidades para todos. Pero en el caso de Edom, después de muchas oportunidades no le quedaban más nada que su completa destrucción.

Acerca del análisis literario.

Haciendo un análisis literario del libro podemos decir que hay una unidad temática, ya que trata de la destrucción total de Edom por su maldad contra su hermano Jacob, o Israel.
  • En los versículos 2-9 leemos acerca de la advertencia a Edom, de la razón de su destrucción y cuan terrible será esa destrucción.
  • En los versículos 10-15 tenemos una descripción de la gran maldad de Edom y la causa de su juicio.
  • En los versículos 16-21 tenemos el pronunciamiento escatológico del día de Jehová, con el juicio a todas las naciones y la restauración de Judá.
  • Los versículos 15-18 se refieren al día de Jehová en relación a Edom, Judá y todas las demás naciones.
  • Y en los versículos 19-21 que surgen como un apéndice en prosa, se refieren a los reemplazos geográficos de Israel y de Judá como una obra del reino de Dios.

Acerca del género literario.

El libro de Abdías se encuentra dentro del género profético. Aquí encontramos pronunciamientos breves, un estilo conciso, un lenguaje poético y el apoyo en Jehovah, mediante la fórmula del mensajero: “Jehovah el Señor ha dicho”, y el uso del llamado “perfecto profético”, donde el futuro es tan cierto que el profeta lo expresa  como  ya  realizado.  La  forma  literaria  es  de  sentencia  con  dos  sentidos:
  1. desgracia  y  
  2. salvación.
En el caso de Abdías encontramos desgracia para Edom y salvación para Israel y Judá.
Acerca de la estructura del texto.
  1. El juicio divino es seguro y será total 1-9.
  2. El juicio divino es contra el orgullo y descuido 10-14.
  3. El juicio de Dios es símbolo del juicio universal 15-16.
  4. El juicio divino es el anuncio de la liberación del pueblo de Dios 17-21.

Sobre el tema.

Abdías describe las decisiones de Dios en cuanto a Edom. Describe el juicio divino contra un pueblo, emparentado con el pueblo de Dios, que en vez de condolerse y servir de apoyo a su pariente, siempre ha sido hostil y traicionero. Así que la profecía de Abdías anuncia la destrucción final de Edom y reafirma la victoria del Monte Sión sobre el Monte Seir por el Señor.

Sobre la similitud con otros profetas.

Abdías muestra una relación con Joel y Jeremías. Abdías y Joel están relacionados de la siguiente manera:
  1. Abdías 11, con Joel 3:3;
  2. Abdías 15, con Joel 1:15;
  3. Abdías 16, con Joel 3:17;
  4. Abdías 18, con Joel 2:5; y
  5. Abdías 17 con Joel 2:32.
Estos dos profetas utilizando el contexto histórico de Edom y Judá destacan la idea del Día del Señor, o el día del juicio divino contra las naciones.

Pero Abdías también tiene esta relación con Jeremías:
  1. Abdías 1 con Jeremías 49:14;
  2. Abdías 2 con Jeremías 49:15;
  3. Abdías 3 con Jeremías 49:16;
  4. Abdías 4 con Jeremías 49:16; y,
  5. Abdías 5 con Jeremías 49:9.
Entre los dos profetas también tienen diferencias en cuanto al "día del Señor" y "la restauración de Israel".

Acerca del Día del Señor.

El "Día del Señor" se refería en sus orígenes como las manifestaciones victoriosas de Jehová en favor de su pueblo Israel. Sin lugar a dudas, en los libros de los profetas, el "Día del Señor" se convirtió en un día de castigo, de visita y de ira de Jehová contra su pueblo Israel (cf. Joel 1:15; 2:1-11; Amós 5:18-20; Sofonías 1:7, 14-18); sin embargo era un día de juicio contra los enemigos de Israel (cf. Isaías 13; Ezequiel 30). Sin duda, en el contexto de la dominación extranjera, el tema era positivo para Israel (cf. Isaías 13:6-9 contra Babilonia y Ezequiel 30:2 contra Egipto).

Ya en el Nuevo Testamento, el "Día del Señor" se ve en la perspectiva escatológica de Dios (cf. Lucas 1:68) y con relación a la segunda venida del Señor Jesucristo (cf. Mateo 24:36; 2 Pedro 3:1-10).

Acerca del pueblo de Edom.

Edom, una nación que consiste de los descendientes de Esaú, gemelo de Jacob e hijo de Isaac y Rebeca, estaba ubicado al sureste de Judá, en una región montañosa que hoy día es la parte suroeste del reino de Jordán.

Edom algunas veces es nombrado Esaú (Malaquías 1:3), Idumea, y monte de Seir (Ezequiel 35:3). Todos estos nombres son intercambiables y se refieren a la misma nación, Edom.

Génesis 36 describe el crecimiento rápido de Edom. Deuteronomio 2:5 nos informa que el territorio de Edom no era parte de la tierra prometida a Israel y nunca sería parte: “No os metáis con ellos, porque no os daré de su tierra ni aun lo que cubre la planta de un pie: porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir”.

Ezequiel condenó a la nación de Edom, diciendo: “Por cuanto tuviste enemistad perpetua, y entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicción...” Ezequiel 35:5.

A través de los tiempos antiguos, los edomitas mostraron su enemistad contra los hebreos, cuando rehusaron dar a Moisés y a su pueblo la autorización de pasar por el territorio de los edomitas, Números 20:14-22. Pero en el tiempo de Eliseo, los edomitas, se juntaron con Israel y Judá en una alianza militarista, 2 Reyes 3:9. Luego, Judá derrotó a Edom en una guerra, 2 Crónicas 25:5-12.

Las profecías mayores contra Edom son halladas en Isaías 34, Jeremías 49:7-22, Ezequiel 25:12-14 y 35:1-15, y el libro de Abdías.

Isaías profetizó acerca del juicio de Dios contra Edom cerca el año 700 a.C., y Jeremías, Ezequiel y Abdías rindieron sus profecías de sentencia pronto sobre Edom cerca del año 600 a.C..

Tiene un buen sentido buscar el cumplimiento de estas profecías contra Edom en aquel período de tiempo en la historia. No obstante, algunos han sugerido que estas profecías contra Edom todavía no han sido cumplidas, y que su cumplimiento acontecerá en nuestro siglo, en el siglo XXI.

Hay dos problemas grandes con esta teoría:
  1. Los edomitas ya no existen. Es imposible castigar a un pueblo que ya ha desaparecido de la faz de la tierra hace muchos siglos.
  2. El profeta Malaquías, escribiendo cerca del año 400 a.C., habló del juicio de Dios contra Edom como algo fenecido: “Y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto”, Malaquías 1:3.
La historia muestra que los edomitas fueron saqueados por los ejércitos de los caldeos en la primera parte del VI siglo a.C., y que al fin del VI siglo a.C. los nabateos atacaron a los edomitas, echándolos fuera de sus fortalezas en las montañas del monte de Seir, hasta el desierto del Neguev.

Las profecías contra Edom fueron completamente cumplidas, y no es necesario esperar el cumplimiento de estas profecías otra vez, porque los edomitas ya no existen como nación ni grupo étnico.


Acerca de los temas teológicos.

Tenemos en esta pequeña profecía tres temas destacados que están estrechamente vinculados a la escatología bíblica. Ellos son:
  1. El juicio de Dios. Que es anunciado como el Día del Señor que está cerca y es terrible. Este juicio se presenta con dos enfoques: "vendrá a su pueblo", representado por Israel, y "llegará a otras naciones" representado por Edom.
  2. La destrucción de los enemigos del Señor. Aquí en Abdías esta destrucción es simbolizada en la destrucción de Edom. Con este tema se vislumbra la certeza del "triunfo del bien contra el mal", tema muy destacado en los mensajes apocalípticos y que se convertirán en la base de la esperanza cristiana.
  3. La Soberanía de Dios. Esa soberanía sobre todo el universo es presentada desde el principio del libro hasta el final. De hecho, el libro comienza diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor (cf. 1) y termina con la siguiente frase: y el reino será del Señor (cf. 17), revelando la noción teológica dentro de la cual se desarrolló el mensaje profético.

Acerca de la razón de estudiar Abdías.

Todos hemos sufrido injusticia cuando estábamos abatidos y debilitados frente a las circunstancias. Tal vez un amigo o incluso un familiar se aprovechó de nuestros momentos de debilidad  causándonos un mayor abatimiento. Al estudiar Abdías vemos que Dios atenderá a tales injusticias.

En el estudio de esta profecía también veremos la lealtad y la fidelidad de Dios hacia su pueblo. Puede tardar, es posible que no nos demos cuenta, pero se establecerá la justicia de Dios, y por lo tanto también seremos recompensados por la espera en él.


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