Mientras andamos en nuestros diarios quehaceres y observamos la situaciĆ³n a nuestro alrededor, es posible que lleguemos al punto donde nuestro corazĆ³n se torna enojado y frustrado. Si somos honestos, debemos reconocer que muchas veces es asĆ como nos sentimos. Probablemente como Asaf se sintiĆ³ al escribir el Salmo 73.
Los dĆas miĆ©rcoles tenemos en la iglesia servicio de oraciĆ³n. La hermana que dirigĆa el servicio el miĆ©rcoles pasado, hizo referencia a lo hermoso de la historia del himno que cantarĆamos seguidamente; Ā”Oh tu Fidelidad! Mientras hablaba recordĆ© uno de mis himnos favoritos: āEstoy bien, con mi Diosā. Este himno es un mensaje profundo al corazĆ³n de cada creyente. Nos recuerda que es Dios quien trae paz, infinita paz, tranquilidad y sosiego a nuestras vidas.
Hoy, quisiera compartirles un poco de la historia detrƔs de este himno.

Octubre de 1828 en Troy, New York. Ćl es mejor conocido como el escritor del famoso himno cristiano āEstoy bienā; cuyas letras, aun hoy en dĆa, son usadas por el Dios de toda consolaciĆ³n para traer paz a muchos corazones.
Horatio Spafford se mudĆ³ a Chicago, donde contrajo matrimonio con la noruega Anna Larssen (el 5 de Septiembre de 1861). Horatio y Anna tuvieron un hijo, pero Ć©ste muriĆ³ a la edad de 4 aƱos; comenzando asĆ la serie de circunstancias aflictivas que atentarĆan contra la paz espiritual y seguridad terrenal que habĆan sostenido sus primeros aƱos, su vida familiar y su casa. DespuĆ©s, Horatio y Anna tuvieron cuatro hijas mĆ”s.
En 1871, el exitoso abogado Horatio Spafford fue afectado econĆ³micamente por āEl Gran Fuego de Chicagoā. En 1873, habĆa planeado tomar unas vacaciones con su familia; ellos viajarĆan a Inglaterra (Europa), ya que allĆ estaba el evangelista Dwight L. Moody, quien fue amigo cercano de Horatio. Ya que Horatio se habĆa demorado en negocios concernientes a la soluciĆ³n de los problemas ocasionados por āEl Gran Fuego de Chicagoā, decidiĆ³ enviar primero a su familia en el barco SS Ville du Havre. Mientras el SS Ville du Havre cruzaba el AtlĆ”ntico, chocĆ³ violentamente con el velero The Loch Earn, lo que causĆ³ que el SS Ville du Havre se hundiera rĆ”pidamente (se dice que se hundiĆ³ en 12 minutos). Muchos pasajeros y tripulantes del barco murieron ahogados, entre quienes se encontraban las cuatro hijas de Horatio. Un velero de carga, The Trimountain, recogiĆ³ a los sobrevivientes; entre quienes estaba Anna (esposa de Horatio), quien yacĆa inconsciente en un mĆ”stil flotante. DespuĆ©s de que Anna desembarcĆ³ en Wales, Ć©sta le enviĆ³ un telegrama a su esposo para hacerle saber que sĆ³lo ella se habĆa salvado. Horatio Spafford no tardĆ³ mucho en viajar para encontrarse con su dolida esposa.
Mientras las personas se preguntaban quĆ© habĆa traĆdo tal tragedia a Anna y Horatio Spafford, Horatio estaba convencido de que Dios era bondadoso y que Ć©l verĆa de nuevo a sus hijos en el cielo. Durante su viaje, el capitĆ”n de la nave llamĆ³ a Horatio Spafford y le dijo que segĆŗn sus cĆ”lculos, en ese momento, ellos estaban atravesando el sitio exacto donde se habĆa hundido el SS Ville du Havre. AllĆ, mientras atravesaban āen cierto sentidoā aquel mar de aflicciĆ³n, Dios le hizo saber a Horatio Spafford que a pesar de su suerte, Ć©l estaba bien, tenĆa paz, Ā”gloria a Dios!; entonces Horatio escribiĆ³ el himno cristiano āEstoy bienā.
En una carta que Horatio escribiĆ³ a uno de sus familiares, Ć©l expresĆ³ su agradecimiento a Dios por Su amor y misericordia para con Ć©l y los suyos: āle alabarĆ© mientras vivaā ādecĆa una de sus lĆneas finales. DespuĆ©s de un tiempo, los Spaffords (Horatio y Anna) tuvieron tres hijos mĆ”s, aunque uno de ellos muriĆ³ en la infancia. En 1881, Horatio y Anna zarparon con sus dos hijas a Israel y se mudaron a JerusalĆ©n; donde vivieron hasta la muerte de Horatio, el 16 de Octubre de 1888. Anteriormente, Ć©l y su esposa ayudaron en la fundaciĆ³n de un grupo llamado āAmerican Colonyā, cuya misiĆ³n era ayudar a los pobres.
TambiĆ©n deseo compartir una reflexiĆ³n sobre el testimonio ejemplar de este hermano.
ĀæPor quĆ© Horatio Spafford pudo decir: āEstoy bien, tengo paz, Ā”Gloria a Dios!ā; aun cuando su senda estaba cubierta por un mar de aflicciĆ³n? Porque ācomo cristianoā su paz en Ćŗltima instancia no dependĆa de las circunstancias, su paz estaba basada en Jesucristo (Su persona y Su obra). El testimonio de Horatio Spafford nos recuerda, amados hermanos, que nuestra paz tambiĆ©n estĆ” basada en Jesucristo.El principal problema de Horatio no fue su pĆ©rdida econĆ³mica, ni la pĆ©rdida de sus hijos; el principal problema de Horatio (antes de ser cristiano) era que Ć©l no estaba bien con Dios, era enemigo de Dios, era hijo de ira y estaba muerto en sus delitos y pecados. Pero el misericordioso Dios habĆa provisto en Jesucristo la soluciĆ³n para el principal problema de Horatio y el nuestro: āY todo esto proviene de Dios, quien nos reconciliĆ³ consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliaciĆ³nā, 2 Corintios 5:18. Dios (el ofendido) por medio de Jesucristo nos reconciliĆ³ a nosotros (los ofensores) consigo mismo, eso es lo que dice 2 Corintios 5:19: āque Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomĆ”ndoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargĆ³ a nosotros la palabra de la reconciliaciĆ³nā. Dios no tomĆ³ en cuenta nuestras transgresiones porque Ā«Al que no conociĆ³ pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuĆ©semos hechos justicia de Dios en Ć©lĀ», 2 Corintios 5:21.
Si Dios ha provisto en Jesucristo la soluciĆ³n a tu principal problema (eras enemigo de Dios por causa de tu pecado). ĀæNo podrĆ” Ćl proveer la soluciĆ³n a tus otros problemas (enfermedad fĆsica, falta de dinero, etc.)? Y si Dios en Su soberanĆa no hace que cesen las olas del mar de aflicciĆ³n, Āæno te darĆ” Ćl de Su paz y Su consuelo? En el mundo seremos afligidos, el mismo Jesucristo dijo: āEn el mundo tendrĆ©is aflicciĆ³nā; empero Ćl tambiĆ©n dijo: āpero confiad, yo he vencido al mundoā, Juan 16:33. Con nosotros estĆ” Jesucristo, en quien nos apoyamos. Ćl es el Vencedor. Recuerda que Ćl no estĆ” distante de ti, Ćl no es indiferente a tu dolor, Ćl fue quien te prometiĆ³: āSean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenĆ©is ahora; porque Ć©l dijo: No te desampararĆ©, ni te dejarĆ©; de manera que podemos decir confiadamente: El SeƱor es mi ayudador; no temerĆ© Lo que me pueda hacer el hombreā (Hebreos 13:5-6). Ā”Ten Ć”nimo y confĆa en Ćl! Cuando las tentaciones y afanes vengan a ti y te sientas desmayar; mira por fe a Jesucristo, quien se hace llamar a sĆ mismo nuestro hermano, quien fue hecho semejante a nosotros Ā«para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del puebloĀ», Hebreos 2:17. Si piensas que nadie sabe por lo que estĆ”s pasando, te recuerdo que Ā« Ć©l mismo padeciĆ³ siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentadosĀ», Hebreos 2:18. AcĆ©rcate confiadamente al trono de gracia, para recibir misericordia y hallar gracia, Hebreos 4:16. Si dudaste de Su promesa, arrepiĆ©ntete y pon tu mirada nuevamente en Dios, convencido de que serĆ”s perdonado en Aquel que expiĆ³ los pecados, Hebreos 2:17.
Por Ćŗltimo deseo dejarles la letra del himno
āEstoy bienā
De paz inundada mi senda ya estƩ
O cĆŗbrala un mar de aflicciĆ³n,
Cualquiera que sea mi suerte, dirƩ:
Estoy bien, tengo paz, Ā”Gloria a Dios!.
Coro:
Estoy bien,
Ā”Gloria a Dios!,
tengo paz en mi ser,
Ā”Gloria a Dios!.
Ya venga la prueba o me tiente SatƔn,
No amenguan mi fe ni mi amor;
Pues Cristo comprende mis luchas, mi afƔn,
Y su sangre obrarĆ” en mi favor.
Feliz yo me siento al saber que JesĆŗs
LibrĆ³me de yugo opresor;
QuitĆ³ mi pecado, clavĆ³lo en la cruz:
Gloria demos al buen Salvador.
La fe tornarƔse en feliz realidad
Al irse la niebla veloz;
Desciende JesĆŗs con su gran majestad,
Ā”Aleluya, estoy bien con mi Dios!.
Letra: Horatio G. Spafford, 1873. trad. Pedro Grado ValdĆ©s, alt. MĆŗsica: Philip P. Bliss (nombrĆ³ su melodĆa āVille du Havreā), 1876.
Publicar un comentario