ļ»æPorque el mandamiento es lĆ”mpara, y la enseƱanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen. Pr 6.23

Estoy bien con mi Dios

Mientras  andamos en nuestros diarios quehaceres y observamos la situaciĆ³n a nuestro alrededor, es posible que lleguemos al punto donde nuestro corazĆ³n se torna  enojado y frustrado. Si somos honestos, debemos reconocer que muchas veces es asĆ­ como nos sentimos.  Probablemente  como Asaf se sintiĆ³ al escribir el Salmo 73.

Los dĆ­as miĆ©rcoles tenemos en la iglesia servicio de oraciĆ³n. La hermana que dirigĆ­a el servicio el miĆ©rcoles pasado, hizo referencia a lo hermoso de la historia del himno que cantarĆ­amos seguidamente; Ā”Oh tu Fidelidad! Mientras hablaba recordĆ© uno de mis himnos favoritos: ā€œEstoy bien, con mi Diosā€. Este himno es un mensaje profundo al corazĆ³n de cada creyente. Nos recuerda que es Dios quien trae paz, infinita paz, tranquilidad y sosiego  a nuestras vidas.

Hoy, quisiera compartirles un poco de la historia detrƔs de este himno.

Horatio Gates Spafford fue un devoto presbiteriano y exitoso abogado americano que naciĆ³ el 20 de
Octubre de 1828 en Troy, New York. Ɖl es mejor conocido como el escritor del famoso himno cristiano ā€œEstoy bienā€; cuyas letras, aun hoy en dĆ­a, son usadas por el Dios de toda consolaciĆ³n para traer paz a muchos corazones.

Horatio Spafford se mudĆ³ a Chicago, donde contrajo matrimonio con la noruega Anna Larssen (el  5 de Septiembre de 1861). Horatio y Anna tuvieron un hijo, pero Ć©ste muriĆ³ a la edad de 4 aƱos; comenzando asĆ­ la serie de circunstancias aflictivas que atentarĆ­an contra la paz espiritual y seguridad terrenal que habĆ­an sostenido sus primeros aƱos, su vida familiar y su casa. DespuĆ©s, Horatio y Anna tuvieron cuatro hijas mĆ”s.

En 1871, el exitoso abogado Horatio Spafford fue afectado econĆ³micamente por ā€œEl Gran Fuego de Chicagoā€. En 1873, habĆ­a planeado tomar unas vacaciones con su familia; ellos viajarĆ­an a Inglaterra (Europa), ya que allĆ­ estaba el evangelista Dwight L. Moody, quien fue amigo cercano de Horatio. Ya que Horatio se habĆ­a demorado en negocios concernientes a la soluciĆ³n de los problemas ocasionados por ā€œEl Gran Fuego de Chicagoā€, decidiĆ³ enviar primero a su familia en el barco SS Ville du Havre. Mientras el SS Ville du Havre cruzaba el AtlĆ”ntico, chocĆ³ violentamente con el velero The Loch Earn, lo que causĆ³ que el SS Ville du Havre se hundiera rĆ”pidamente (se dice que se hundiĆ³ en 12 minutos). Muchos pasajeros y tripulantes del barco murieron ahogados, entre quienes se encontraban las cuatro hijas de Horatio. Un velero de carga, The Trimountain, recogiĆ³ a los sobrevivientes; entre quienes estaba Anna (esposa de Horatio), quien yacĆ­a inconsciente en un mĆ”stil flotante. DespuĆ©s de que Anna desembarcĆ³ en Wales, Ć©sta le enviĆ³ un telegrama a su esposo para hacerle saber que sĆ³lo ella se habĆ­a salvado. Horatio Spafford no tardĆ³ mucho en viajar para encontrarse con su dolida esposa.

Mientras las personas se preguntaban quĆ© habĆ­a traĆ­do tal tragedia a Anna y Horatio Spafford, Horatio estaba convencido de que Dios era bondadoso y que Ć©l verĆ­a de nuevo a sus hijos en el cielo. Durante su viaje, el capitĆ”n de la nave llamĆ³ a Horatio Spafford y le dijo que segĆŗn sus cĆ”lculos, en ese momento, ellos estaban atravesando el sitio exacto donde se habĆ­a hundido el SS Ville du Havre. AllĆ­, mientras atravesaban ā€“en cierto sentidoā€“ aquel mar de aflicciĆ³n, Dios le hizo saber a Horatio Spafford que a pesar de su suerte, Ć©l estaba bien, tenĆ­a paz, Ā”gloria a Dios!; entonces Horatio escribiĆ³ el himno cristiano ā€œEstoy bienā€œ.

En una carta que Horatio escribiĆ³ a uno de sus familiares, Ć©l expresĆ³ su agradecimiento a Dios por Su amor y misericordia para con Ć©l y los suyos: ā€œle alabarĆ© mientras vivaā€ ā€“decĆ­a una de sus lĆ­neas finales. DespuĆ©s de un tiempo, los Spaffords (Horatio y Anna) tuvieron tres hijos mĆ”s, aunque uno de ellos muriĆ³ en la infancia. En 1881, Horatio y Anna zarparon con sus dos hijas a Israel y se mudaron a JerusalĆ©n; donde vivieron hasta la muerte de Horatio, el 16 de Octubre de 1888. Anteriormente, Ć©l y su esposa ayudaron en la fundaciĆ³n de un grupo llamado ā€œAmerican Colonyā€, cuya misiĆ³n era ayudar a los pobres.

TambiĆ©n deseo compartir una reflexiĆ³n sobre el testimonio ejemplar de este hermano.

ĀæPor quĆ© Horatio Spafford pudo decir: ā€œEstoy bien, tengo paz, Ā”Gloria a Dios!ā€; aun cuando su senda estaba cubierta por un mar de aflicciĆ³n? Porque ā€“como cristianoā€“ su paz en Ćŗltima instancia no dependĆ­a de las circunstancias, su paz estaba basada en Jesucristo (Su persona y Su obra). El testimonio de Horatio Spafford nos recuerda, amados hermanos, que nuestra paz tambiĆ©n estĆ” basada en Jesucristo.

El principal problema de Horatio no fue su pĆ©rdida econĆ³mica, ni la pĆ©rdida de sus hijos; el principal problema de Horatio (antes de ser cristiano) era que Ć©l no estaba bien con Dios, era enemigo de Dios, era hijo de ira y estaba muerto en sus delitos y pecados. Pero el misericordioso Dios habĆ­a provisto en Jesucristo la soluciĆ³n para el principal problema de Horatio y el nuestro: ā€œY todo esto proviene de Dios, quien nos reconciliĆ³ consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliaciĆ³nā€, 2 Corintios 5:18. Dios (el ofendido) por medio de Jesucristo nos reconciliĆ³ a nosotros (los ofensores) consigo mismo, eso es lo que dice 2 Corintios 5:19: ā€œque Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomĆ”ndoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargĆ³ a nosotros la palabra de la reconciliaciĆ³nā€. Dios no tomĆ³ en cuenta nuestras transgresiones porque Ā«Al que no conociĆ³ pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuĆ©semos hechos justicia de Dios en Ć©lĀ», 2 Corintios 5:21.

Si Dios ha provisto en Jesucristo la soluciĆ³n a tu principal problema (eras enemigo de Dios por causa de tu pecado). ĀæNo podrĆ” Ɖl proveer la soluciĆ³n a tus otros problemas (enfermedad fĆ­sica, falta de dinero, etc.)? Y si Dios en Su soberanĆ­a no hace que cesen las olas del mar de aflicciĆ³n, Āæno te darĆ” Ɖl de Su paz y Su consuelo? En el mundo seremos afligidos, el mismo Jesucristo dijo: ā€œEn el mundo tendrĆ©is aflicciĆ³nā€; empero Ɖl tambiĆ©n dijo: ā€œpero confiad, yo he vencido al mundoā€, Juan 16:33. Con nosotros estĆ” Jesucristo, en quien nos apoyamos. Ɖl es el Vencedor. Recuerda que Ɖl no estĆ” distante de ti, Ɖl no es indiferente a tu dolor, Ɖl fue quien te prometiĆ³: ā€œSean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenĆ©is ahora; porque Ć©l dijo: No te desampararĆ©, ni te dejarĆ©; de manera que podemos decir confiadamente:   El SeƱor es mi ayudador; no temerĆ©  Lo que me pueda hacer el hombreā€ (Hebreos 13:5-6). Ā”Ten Ć”nimo y confĆ­a en Ɖl! Cuando las tentaciones y afanes vengan a ti y te sientas desmayar; mira por fe a Jesucristo, quien se hace llamar a sĆ­ mismo nuestro hermano, quien fue hecho semejante a nosotros Ā«para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del puebloĀ», Hebreos 2:17. Si piensas que nadie sabe por lo que estĆ”s pasando, te recuerdo que Ā« Ć©l mismo padeciĆ³ siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentadosĀ», Hebreos 2:18. AcĆ©rcate confiadamente al trono de gracia, para recibir misericordia y hallar gracia, Hebreos 4:16. Si dudaste de Su promesa, arrepiĆ©ntete y pon tu mirada nuevamente en Dios, convencido de que serĆ”s perdonado en Aquel que expiĆ³ los pecados, Hebreos 2:17.

Por Ćŗltimo deseo dejarles la letra del himno

ā€œEstoy bienā€
De paz inundada mi senda ya estƩ
O cĆŗbrala un mar de aflicciĆ³n,
Cualquiera que sea mi suerte, dirƩ:
Estoy bien, tengo paz, Ā”Gloria a Dios!.
Coro:
Estoy bien,
Ā”Gloria a Dios!,
tengo paz en mi ser,
Ā”Gloria a Dios!.
Ya venga la prueba o me tiente SatƔn,
No amenguan mi fe ni mi amor;
Pues Cristo comprende mis luchas, mi afƔn,
Y su sangre obrarĆ” en mi favor.
Feliz yo me siento al saber que JesĆŗs
LibrĆ³me de yugo opresor;
QuitĆ³ mi pecado, clavĆ³lo en la cruz:
Gloria demos al buen Salvador. 
La fe tornarƔse en feliz realidad
Al irse la niebla veloz;
Desciende JesĆŗs con su gran majestad,
Ā”Aleluya, estoy bien con mi Dios!. 
Letra: Horatio G. Spafford, 1873. trad. Pedro Grado ValdĆ©s, alt. MĆŗsica: Philip P. Bliss (nombrĆ³ su melodĆ­a ā€˜Ville du Havreā€™), 1876.

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