Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen. Pr 6.23

Jesús rechaza probar a Dios

“Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, le puso de pie sobre el pináculo del templo,
y le dijo: —Si eres Hijo de Dios, échate abajo, porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te llevarán, de modo que nunca tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: —Además está escrito: No pondrás a prueba al Señor tu Dios". (Mateo 4:5-7).

Al confrontar a nuestro Señor Jesucristo, Satanás prosiguió su ataque tratando de socavar o destruir la relación del Hijo con su Padre. Esta vez incitó a Jesús con esta declaración: "Si eres Hijo de Dios, échate abajo". Para fortalecer su desafío y hacerlo más verosímil, el adversario, con un toque sutil e inteligente, citó la Escritura : "porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te llevarán, de modo que nunca tropieces con tu pie en piedra". (del Salmo 91:11-12).

Ahora Satanás seguramente pensó que  tenía a Cristo acorralado en una esquina; él probablemente razonó, usando su sentido equivocado y maligno de la lógica: "Si el Mesías sólo vive de acuerdo a la Palabra de Dios, entonces yo voy a enfrentarlo con algo de esa Palabra". La lógica satánica sería que, si Jesús no utilizaba su propio poder para ayudarse a sí mismo y satisfacer sus necesidades inmediatas, entonces  Él permitiría que Dios obrara en Su nombre; después de todo, se trataba de "probar las Escrituras". Así que Jesús podía dejar que Dios cumpliera una promesa contenida en los Salmos y demostrara a los demás que él era de hecho el Hijo de Dios y Mesías.

Ahora bien, no importa cuán persuasivo sea el argumento de Satanás, cuan apuntalado esté con un texto demostrativo, o cuan bello pueda haber sonado, Jesús no estaba de acuerdo con él, en buscar poner a prueba presuntuosamente a Dios, o saltar el calendario divino del ministerio redentor del Salvador.


Piense en esto; a las Escrituras se le puede dar vuelta y girar de manera que se adapte a fines personales. ¿Qué medidas de salvoconducto tiene usted contra el mal uso de la Palabra de Dios, manteniendo una audaz creencia en su propio sentido de discernimiento? Pídale al Espíritu que le guie en su verdad. Ese es Su trabajo. (Juan 16:13).

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