¿Cómo manejar las pruebas difíciles por encima de mis propios medios?
"En esto os alegráis, a pesar de que por ahora, si es necesario, estéis afligidos momentáneamente por diversas pruebas, para que la prueba de vuestra fe—más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego— sea hallada digna de alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo". 1 Pedro 1:6-7.
Incluso aquellos que mantienen estrecha e íntima comunión con el Señor no son inmunes a las decepciones, obstáculos, desafíos, luchas y sentimientos de desesperanza. De hecho, a veces, Dios nos permite afrontar circunstancias imposibles con el fin de probar y tratar nuestra fe. Es la adversidad lo que nos motiva a buscarlo, y cuando lo hacemos, Él fielmente nos fortalece y nos consuela.
Dios conoce todas las emociones, la necesidad y el deseo que tenemos. Él se preocupa cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles y desmayamos. Él escucha nuestros gritos y entiende exactamente lo que se requerirá para llevarnos a una relación más íntima con Él.
El apóstol Pedro dirigió sus dos cartas "a los expatriados de la dispersión en Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia". (1 Pedro 1:1; 2 Pedro 3:1). Si tuviera que elegir un título moderno para sus cartas, podría considerar los siguientes: "Estímulo para tiempos de sufrimiento", o "Esperanza para los que sufren"; porque aliento y esperanza fue exactamente lo que Pedro transmitió a estos creyentes en dificultades.
Estos cristianos se enfrentaron a todo tipo de persecución. Fueron golpeados, calumniados, agredidos, y en muchos casos perdieron la vida por su fe en Jesucristo. Pedro les llama "extranjeros" porque su ciudadanía no era de este mundo, sino del reino de Dios. Aún así, se enfrentaron a tiempos de gran desánimo y pérdida; necesitaban el coraje que sólo está disponible a través de Cristo. Pedro les explicó que podían regocijarse incluso en los momentos de prueba porque Jesús, su resucitado Salvador y Señor, siempre sería la esperanza viva morando en ellos (1 Pedro 1:3). Mientras tengamos al Señor Jesucristo, ninguna situación es desesperada.
¿Le gustaría tener esta esperanza eterna? Entonces enfoque su corazón en Jesús (1 Timoteo 4:6). Él desea inducir su voluntad y puro afecto para que alcance buen fruto en su vida. Incluso si usted se encuentra en una situación que pareciera imposible de resolver, recuerde que Él tiene una visión completamente diferente de los detalles. Y si se lo permite, Él tomará su vida, sin importar lo magullada y rota que esté, y hará algo hermoso de ella.
Él dará esperanza en lugar de cenizas, gozo en lugar de tristeza, y una capa de alegría en lugar de desánimo (Isaías 61:1-3). ¿Será solo esto de lo que se trata? Se trata de la continuación del ministerio de Jesucristo en su vida. Por lo tanto, llévele a Él sus aflicciones y decepciones. Exprésele sus penas, y Él restaurará su esperanza.