"que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero" 1 Pedro 1:5.
La esperanza en el vocabulario mundano se refiere sólo a un bien incierto, porque todas las esperanzas mundanas son inestables, edificadas sobre arena, y las esperanzas del cielo que tiene el mundano son conjeturas ciegas y sin fundamento. Pero la esperanza de los hijos del Dios vivo es una esperanza viva; no sólo acerca de su objeto, sino también en su efecto. Vivifica y consuela en todas las angustias, capacita para enfrentar y superar todas las dificultades. La misericordia es la fuente de todo esto. Esta esperanza de salvación, bien cimentada, es un principio activo y vivo de obediencia en el alma del creyente.
Los creyentes son "mantenidos" por el poder de Dios. Esta palabra "guardado" en 1 Pedro 1:5 es un término extraído del vocabulario militar y quiere decir que nuestra vida está guarnecida por Dios, y que Él es el centinela que nos guarda todos nuestros días. El que tiene fe, nunca duda, aunque no pueda verle, que Dios está presente entre las sombras, montando la guardia sobre los Suyos. No es que Dios nos libre de los problemas y los dolores de la vida, sino que nos capacita para que los conquistemos y sigamos adelante.
Piense en el poder de Dios como una fortaleza y nosotros nos encontramos en el interior. Entonces, ¿cómo deberíamos sentirnos? Muy seguros, ¿no es cierto? Así que muchas personas tienen la idea de que nosotros mismos nos mantenemos a salvo. Amigo, Él es quien nos guarda. Un padre estaba cruzando una calle con su hijo. El hijo sostenía la mano de su padre, entonces la luz del semáforo cambió y los autos comenzaron a rodar. El padre apretó la mano regordeta de su hijo y casi levantó a su hijo a través de toda la calle para escapar del tráfico. Esa es la manera en que Dios nos sostiene.
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